Fotógrafa, robo almas. Sobre todo desde el foso.

lunes, 3 de octubre de 2011

El día a día

No voy a descubrir la pólvora ahora mismo hablando de lo mal que está nuestra profesión en este país. Quejarse en momentos de crisis sería reiterativo: todo está mal. Lanzarse a vivir conforme a los deseos de uno es un lujo que muy poca gente se puede permitir. Ni tan siquiera intentarlo. Es por eso por lo que me siento privilegiada; por lo menos puedo intentarlo, por lo menos durante un tiempo estoy viviendo lo que quiero vivir.
Ahora bien, ¿lo recomendaría? Sinceramente, no. No, a no ser que estés tan enfermo como lo estamos nosotros, que seas capaz de renunciar a una estabilidad económica, a un futuro resguardado, a saber si serás capaz de pagar el alquiler el mes que viene. No, a no ser que tus conversaciones sean monotemáticas, que seas un auténtico freak del Rock y el foso, un apasionado y obseso fanático capaz de invertir más horas de las que tiene el día por un par de migajas, simplemente porque no te imaginas haciendo otra cosa.
Aún así, os aseguro que, para mí, no existe profesión más bonita en el mundo.