Fotógrafa, robo almas. Sobre todo desde el foso.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Instinto y casualidad

A veces es técnica, a veces es deseo... otras veces el mundo, el universo entero confabula para entregarnos algo que ni siquiera sabíamos que buscábamos. He aquí la magia de la fotografía.
Unos amigos fotógrafos y yo estábamos en el lugar más tópico cazando instantáneas, probándonos a nosotros mismos y disfrutando de un hermoso día de verano: Madrid, el Retiro, estatua del Ángel Caído. Tomas diferentes alrededor de la estatua, único monumento en el mundo (que sepa esta ladrona de almas) al Señor Lucifer. Sin saber cómo, una formación de nubes alterada por el paso de un avión a gran altura, tomó la forma de un adusto rostro barbado, con lo que asemejaba ser una corona calada hasta las cejas. Milagro. Os aseguro que la foto no está trucada: las nubes estaban ahí. Todo estaba ahí. Mi objetivo también. Click. Un momento y ya había pasado, las nubes volvían a ser vapor de agua. Pero el instante había sido robado para siempre.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Gratis No Trabajo

Ayer por la noche, la denuncia de una periodista a la que habían ofrecido trabajo de redactora web por 75 cms la pieza de 800 caracteres encendió twitter con el hastag #gratisnotrabajo. Al momento, varios compañeros y yo misma nos sumamos a la iniciativa. Porque nuestro trabajo es muy bello, pero no vivimos del aire. Porque con nuestro esfuerzo se lucran, en mayor o menor medida, otras personas y por ello es de Ley que nosotros obtengamos nuestra parte. Porque se nos exige de todo para pagarnos con migajas. Porque amamos nuestro oficio, queremos seguir aprendiendo y haciéndolo cada vez mejor, y eso no se consigue devaluándolo e infravalorándonos.
gratisnotrabajoCuántas voces han salido con aquello de "ya, pero siempre habrá alguien que lo hará gratis". Cierto. Lo habrá. Y tu prima tiene un iPhone que "hace" unas fotos increíbles. Yo me alegro. Pero si quieres MI trabajo, deberás pagarlo. La reivindicación colectiva pasa ahora por el trámite de la lucha individual. Sólo haciendo, cada uno de nosotros, aquello que debemos hacer, sin mirarnos en el espejo deformante de aquello que nos dicen que es el otro, el otro malvado que trabaja gratis y por cuya culpa todo va mal (nunca es culpa mía, siempre de los demás), sino aceptando que la única manera de que nos respeten es, primeramente, respetándonos a nosotros mismos, sólo entonces, lograremos que nuestra profesión sea digna.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Magia


Magia  
El minuto perfecto. Un momento para respirar entre grupo y grupo, en medio de la vorágine de un festival. Un instante para charlar con amigos y compañeros, para escapar del sonido insistente, tal vez quitarte los tapones para los oídos (indispensables si no se quiere llegar a cierta edad completamente sordo), desconectar... y para ello, nada como un poquito de magia. Refrescante, alcohólico y energizante. Gin-tonic o vodka-tonic (ignoro cómo se llama).
Y venga, rápido, ¡hay que volver al foso!

sábado, 12 de noviembre de 2011

Extrañas Historias del Foso

Casi siempre ocurre. Hoy en día todo el mundo posee una cámara fotográfica, cualquiera diría que la fascinación que éstas despiertan habría pasado a mejor vida, pero no es así. Alguien ve tu cámara, o tu actitud, o tu entrar y salir del foso y deduce "es profesional". Entonces comienzan las peticiones: "¡Hazme una foto, hazme una foto!". Esto, antiguamente, podría tener algún sentido: las fotos eran inmutables, no se borraban, quedaba un rastro de ti en un negativo que, con suerte, llegaría a tus manos en forma de caritativa copia con la que presumir con los amigos. O quizás llegara a las de alguien con poder para decidir que tu futuro estaba en las pasarelas o el cinematógrafo, ¡esas cosas pasan! Y mamá siempre dijo que habías nacido para triunfar...
público_vive_galego
Hoy por hoy me resulta inconcebible esta atracción. Pero existe. La gente se te acerca, con mejores o peores modos, te piden, te ruegan, te exigen que les hagas una foto. Casi nunca hago caso, o finjo que sí sólo para salir del paso y que me dejen en paz. Los animales de foso somos un poco raritos y nos intimida el mundo exterior. Qué se le va a hacer.
Pero estos muchachos se acercaron a mí con gran educación desde fuera del foso del Brincadeira, me explicaron que estaban repartiendo pulseritas de promoción del "vivir en galego" y que si por favor les hacía una foto, que de verdad que no estaban borrachos, que me daban una pulserita, que sería un honor... no sé, me debieron pulsar la cuerda sensible. Les hice la foto, es más, les prometí que la publicaría... y, extrañamente, está teniendo bastante éxito. Igual son famosos. Vete tú a saber. Si los reconoces, cuéntamelo!

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Dirty Sweet se separan

Cosas curiosas de la psique humana: esta mañana me despertaba yo tarareando el sublime "You've Been Warned" de Dirty Sweet para enterarme minutos después de que han anunciado su separación. Una de las características creo que comunes a las personas que habitamos este mundillo de freaks irredentos de la música y la escena es nuestra identificación más allá de lo racional con aquello que nos toca, que nos mueve, que nos emociona. Y tanto el disco "American Spiritual" de los de San Diego como su posterior actuación en la sala La Boîte de Madrid fueron de esa clase. Así que esta noticia, hoy, me ha producido un escalofrío y un cierto pesar. Mucha tristeza, para qué negarlo. Os dejo este maravilloso tema y os recomiendo vivamente que escuchéis su segundo y, tristemente, último trabajo. No os arrepentiréis.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Qué bonico es mi curro

Cinco minutos antes de saltar a escena todo es nerviosismo y caos. Nos apelotonamos junto a la valla de seguridad (cuando existe), rezando para que los promotores hayan tenido a bien dar instrucciones precisas a los de seguridad respecto a quiénes y cómo podemos entrar en el foso. Siempre, esto es así, en el último momento aparecen las discusiones: tú no tienes acreditación visible, a mí nadie me ha dicho nada, cómo que os deje pasar si todavía no han salido al escenario, etc., etc. El pan nuestro.
Por fin, se abren las puertas. Saltamos a tropel buscando nuestra zona favorita del foso. La música ambiental cede. La oscuridad reina. Contenemos la respiración. Un estallido y el artista ocupa su lugar. Apunta y dispara. Tienes tres temas, sin flash, para lograrlo. Poca luz y errática, compañeros que luchan por obtener el disparo original y definitivo, amigos que ayudan y, los menos, pero los hay, paparazzi que ponen más empeño en dificultar tu labor que en hacer su trabajo. Sólo tres temas, en el mejor de los casos.
Cuando los compañeros de seguridad nos indican amablemente que hemos de abandonar YA el foso y que ni se nos ocurra lanzar ni un disparo más, es el momento de reunirnos fuera, intercambiar opiniones y dejar que la adrenalina regrese a sus niveles habituales. Diez minutos, puede que quince, eso es todo.
Todo lo demás, las dificultades para llegar a fin de mes, el desprecio de la industria, el mal trato de la prensa, los sinsabores de una vida poco convencional, quedan olvidados. Son nuestros quince minutos de droga.
Hay otras compensaciones: cuando en la pantalla del ordenador observas tu trabajo y te satisface, o cuando, al final de todo el proceso, ves la imagen impresa o publicada en los medios, cuando la enseñas y amigos o desconocidos lustran tu ego con comentarios elogiosos… pero, no nos engañemos, todo eso es secundario. Estamos enfermos y necesitamos estar ahí. Somos animales de foso.

lunes, 3 de octubre de 2011

El día a día

No voy a descubrir la pólvora ahora mismo hablando de lo mal que está nuestra profesión en este país. Quejarse en momentos de crisis sería reiterativo: todo está mal. Lanzarse a vivir conforme a los deseos de uno es un lujo que muy poca gente se puede permitir. Ni tan siquiera intentarlo. Es por eso por lo que me siento privilegiada; por lo menos puedo intentarlo, por lo menos durante un tiempo estoy viviendo lo que quiero vivir.
Ahora bien, ¿lo recomendaría? Sinceramente, no. No, a no ser que estés tan enfermo como lo estamos nosotros, que seas capaz de renunciar a una estabilidad económica, a un futuro resguardado, a saber si serás capaz de pagar el alquiler el mes que viene. No, a no ser que tus conversaciones sean monotemáticas, que seas un auténtico freak del Rock y el foso, un apasionado y obseso fanático capaz de invertir más horas de las que tiene el día por un par de migajas, simplemente porque no te imaginas haciendo otra cosa.
Aún así, os aseguro que, para mí, no existe profesión más bonita en el mundo.

lunes, 15 de agosto de 2011

Estilos

Metallica. No es lo mismo, pero...

De entre todos los tipos de Rock existente, para fotografiar, y para otras cosas, me quedo con el Heavy clásico. Poseen un exacto conocimiento del valor de la imagen, con lo que siempre disponen de grandes cañones de luz y de un surtido repertorio de poses y expresiones muy jugosas de cazar. Saxon serían un gran ejemplo de ello. Siempre dan espectáculo, acuden a la llamada del objetivo, son EL show. Otro que era maravilloso, descanse en paz, fue el gran DIO. No sólo entregaba grandes imágenes a los fotógrafos acreditados, sino que, cada vez que veía una cámara, posaba para ella, en mitad del concierto, sin dejar de interpretar. Un grande.

domingo, 12 de junio de 2011

La vida en lugares pequeños

Otra faceta que no hemos tocado es la de fotografiar en salas pequeñas. No hay foso, con lo que hay que llegar con tiempo y coger sitio delante. Una petición: si estáis viendo un concierto y llega un fotógrafo rezagado y os pide amablemente que le dejéis echar un par de fotos, que se va en seguida, si queréis, sólo si queréis, estaría bien que le dejarais trabajar. Ahora bien, si aparece empujando y enarbolando su cámara como si fuera un pase VIP, exigiendo hueco, por favor, eliminadlo. Es esa gente la que nos da mala prensa y predispone al público en nuestra contra. ¡Y con razón!
Pues bien, el contacto con los músicos en las salas pequeñas es aún más íntimo. Permite, siempre dependiendo de la luz, nuestra gran aliada o enemiga, obtener matices especiales de su actuación, expresiones de complicidad con el público que muy difícilmente aparecen en un macroconcierto. Uno de los conciertos que más me ha gustado fotografiar fue el de Imelda May en la pequeñísima Moby Dick. Nunca más esta artista actuará, me temo, en un local tan íntimo. Nunca más obtendré imágenes como la de aquel día, tan cálidas y plenas de pasión.

martes, 3 de mayo de 2011

Momentos Estelares (II)

Continuamos con la recuperación de aquellos momentos por los que no podemos, ni queremos, abandonar esta profesión. Momentos especiales, decíamos en la entrada anterior. Como especial resulta también cuando uno de los tres temas que fotografías es uno de tus favoritos. Estás allí, mucho más cerca de los músicos que cualquiera del público, a través del visor de la cámara lo ves incluso con mayor nitidez, y está sonando una canción que ha sido importante para ti, que vives en intensidad… piel de gallina, corazón a mil y nudo en la garganta. A menudo, grito incontrolado. Mis compañeros no suelen bailar en el fosos, deben considerarlo poco profesional. Yo no puedo evitarlo: fotografío, canto y bailo a la vez. Eh, si alguna vez veis a una tía loca haciendo todo esto, ¡soy yo!
Algo así sucedió en el concierto de Metallica en el Electric Weekend. Comenzaron con “The Creeping Death”, uno de mis temas favoritos de mi disco favorito, ¿cómo no iba a volverme loca?

domingo, 10 de abril de 2011

Momentos Estelares (I)

Yo estuve allí
Tengo memoria de pez, tal vez por eso siempre me interesó la fotografía, como medio, quizás, de retener esos momentos que inevitablemente se escapaban de mis recuerdos. Cualquier concierto produce un gran estallido de adrenalina, mayor, lógicamente, cuanta mayor pompa lo rodee. Por ejemplo, al entrar en el foso en el concierto de los Stones nos advirtieron “daos la vuelta y mirad al público durante dos minutos antes de volveros”. ¿La razón? No, como pensamos, una manía de estrellitas: el concierto comenzaba con un brutal estallido de pirotecnia; querían evitar que nos quemáramos o quedáramos ciegos. Bestial, ¿verdad?

sábado, 12 de marzo de 2011

The Creepshow - Sarah Sin

Esta foto, publicada en el número 279 de la Revista Ruta 66, con la cual, como ya sabéis, colaboro desde los comienzos de su Nueva Era, sencillamente me encanta. La sala Wurlitzer Ballroom donde se celebró el concierto de The Creepshow, divertidísimo combo de rockabilly en su versión más poppie y festivalera, es, para aquellos que no la conozcáis, estrecha, pequeña y mal iluminada. Un infierno para los fotógrafos. Más aún cuando la frontwoman a la que tratas de retratar es una puta pulga que no para de saltar, retorcerse, despistando al pobre autofoco, mareado ya por la falta de contraste. Enfoque manual ni pensarlo, casi imposible. Así que hay que recurrir al siempre socorrido pero peligroso flash de relleno. En este caso todo se confabuló para lograr lo buscado: un pequeño destello de un foquito aislado me permitió enfocar el divertido gesto de la cantante, justo entonces me eché para atrás para reencuadrar, justo entonces ella se echó literalmente encima de otro fotógrafo junto al cual me hallaba codo con codo y le plantó su middle finger en el objetivo. Él no pudo captarla. Yo sí, e incluso aprovecharme de su flash de relleno. Para estas pequeñas joyas es imprescindible, claro está, contar con un buen angular. Ahora que me he deshecho del mío en pro de una mayor cercanía, me arrepiento como una cosaca. En fin, más adelante...

lunes, 28 de febrero de 2011

Green Day - El conejo borracho

Algunos me habéis preguntado por el conejo borracho, que a veces he usado como avatar en twitter  o facebook. Surgió antes del concierto de Green Day en el Palacio de los Deportes de Madrid. Ya estábamos distribuidos en el foso de los fotógrafos, en medio del cual habían instalado una pasarela que daba a entender que los músicos se aproximarían bastante a nosotros, para desesperación de cuantos sólo habían llevado teleobjetivos (hay que hacer los deberes, muchachos!). Fue entonces cuando salió a escena este personaje, lo más lamentable que he visto en bastante tiempo, ítem más cuando, al ser éste un concierto apto para menores y en un pabellón deportivo ¡el alcohol estaba prohibido! Allí estaba, dipsómano irredento, haciendo apología de la decadencia etílica (apología contra la que no tengo nada que objetar, sería hipócrita por mi parte, pero tanto más curiosa cuando todos los allí presentes veíamos limitada nuestra capacidad de alcoholizarnos). Se tambaleó por la pasarela hasta su final, proporcionándome este jugoso plano, con las luces incidiendo en las botellas de cerveza (¿de dónde las habría sacado?) y el Palacio repleto de gente perpleja al fondo.
Además, me sirve de vez en cuando para manifestar mi deseo de fiesta, o mi arrepentimiento posterior. No está mal, ¿verdad?

martes, 15 de febrero de 2011

[Electric Weekend] Rage Against The Machine 01

No todo iban a ser fotos que detesto. Aquí tenemos una de vuestras favoritas y que, por su sencillez y líneas puras, a mí también me gusta. Me gusta sobre todo la ausencia. Me explico: ese vacío en el lateral, que busqué intencionadamente, logró lo que pretendía: encuadrar al cantante en su contexto, proporcionar dramatismo a la figura encapuchada y al naranja del mono... o al menos es lo que me parece. Sin ser un alarde de técnica o edición, ni mucho menos (aún estaba dando mis primeros pasos y, si entrásemos en un estudio más detallado, los defectos son múltiples y bien visibles), considero que el resultado fue suficientemente aceptable. Sí, me satisface, oye
 :-)