Fotógrafa, robo almas. Sobre todo desde el foso.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Extrañas Historias del Foso

Casi siempre ocurre. Hoy en día todo el mundo posee una cámara fotográfica, cualquiera diría que la fascinación que éstas despiertan habría pasado a mejor vida, pero no es así. Alguien ve tu cámara, o tu actitud, o tu entrar y salir del foso y deduce "es profesional". Entonces comienzan las peticiones: "¡Hazme una foto, hazme una foto!". Esto, antiguamente, podría tener algún sentido: las fotos eran inmutables, no se borraban, quedaba un rastro de ti en un negativo que, con suerte, llegaría a tus manos en forma de caritativa copia con la que presumir con los amigos. O quizás llegara a las de alguien con poder para decidir que tu futuro estaba en las pasarelas o el cinematógrafo, ¡esas cosas pasan! Y mamá siempre dijo que habías nacido para triunfar...
público_vive_galego
Hoy por hoy me resulta inconcebible esta atracción. Pero existe. La gente se te acerca, con mejores o peores modos, te piden, te ruegan, te exigen que les hagas una foto. Casi nunca hago caso, o finjo que sí sólo para salir del paso y que me dejen en paz. Los animales de foso somos un poco raritos y nos intimida el mundo exterior. Qué se le va a hacer.
Pero estos muchachos se acercaron a mí con gran educación desde fuera del foso del Brincadeira, me explicaron que estaban repartiendo pulseritas de promoción del "vivir en galego" y que si por favor les hacía una foto, que de verdad que no estaban borrachos, que me daban una pulserita, que sería un honor... no sé, me debieron pulsar la cuerda sensible. Les hice la foto, es más, les prometí que la publicaría... y, extrañamente, está teniendo bastante éxito. Igual son famosos. Vete tú a saber. Si los reconoces, cuéntamelo!